Práctica 7.

Esta instrumentación está pensada para 3º ciclo de Primaria. Quizá podría hacerse en un 5º curso. Aunque no es demasiado larga ni entraña dificultades insalvables, es lo suficientemente complicada como para tener que trabajarla durante varias sesiones. La característica más destacable es que la voz de flauta y el xilófono hacen una especie de canon a distancia de un compás. A continuación se expone una propuesta didáctica:

•  En primer lugar enseñaremos la canción por imitación a todos los niños (si no la conocen).

•  Después trabajaremos exhaustivamente el ritmo y el solfeo de la melodía, hasta lograr que prácticamente la puedan solfear casi de memoria. Obviamente, la melodía es lo más difícil de la instrumentación, y tocarla con la flauta no reviste demasiados problemas si se tiene la partitura delante, pero, al tener que interpretar la melodía también con los xilófonos, es más complicado (e incómodo) que puedan tocar e ir leyendo las notas a la vez, por lo que nos interesa que la dominen muy bien.

•  A continuación trabajaremos la melodía con la flauta de forma parecida a lo expuesto en la práctica nº 6.

•  Comenzaremos ahora propiamente con las láminas. Excusa decir que los alumnos trabajarán todas las partes. Empezaremos con la parte del xilófono, por ser muy parecida a la de la flauta (supuestamente reciente en el recuerdo) y por ser la que necesita de más concentración, dada su dificultad. Durante el aprendizaje de todas las partes de la instrumentación utilizaremos un xilófono de cartón o madera (que suponemos que poseemos en el aula).

•  Trabajaremos la melodía por pequeñas células, tal y como están marcadas a continuación. En cada una se ha indicado la baqueta de comienzo. Haremos especial hincapié en la “digitación” que hemos elegido, donde se da la alternancia de baquetas todo el tiempo excepto en el momento en que aparece el recuadro, lo que indica que se repite la baqueta derecha.

•  Seguidamente pasaremos a trabajar el bajo. Primero haremos que los niños palmeen en las rodillas el ritmo del ostinato y a continuación incorporaremos a ese ostinato la melodía de la canción cantada.

•  Seguidamente trabajaremos los cuatro primeros compases, los cuatro siguientes y uniremos la mitad. Después haremos lo mismo con la 2ª línea y por último uniremos la totalidad. Como podemos observar, es importante hacer siempre la primera nota de la siguiente célula que estemos trabajando para consolidar los enlaces.

 

•  Una vez aprendida la parte del bajo, recordaremos la melodía del xilófono.

•  Trabajaremos ahora la parte del carrillón de igual forma. En este caso, la alternancia de baquetas no supone ninguna dificultad, pues todas las células comienzan con la baqueta derecha. Como siempre, recordaremos las partes anteriormente aprendidas:

•  Por último, aprenderemos la parte de los metalófonos de la misma manera que hemos hecho con la del bajo. El hecho de no hacerlas seguidas es para no inducir a equívocos, pues ambas son similares en el ritmo y esto puede confundir a los niños.

•  Una vez que ya tenemos montada la totalidad, procederemos a unir las voces. Es conveniente hacerlo dos a dos con diversas combinaciones, incorporar una tercera voz, y así sucesivamente hasta que suenen todos los instrumentos.